Sin que casi nos hayamos despertado del trajín de las jornadas trujillanas, iniciamos una nueva aventura comercial.
Lactocyex extiende sus horizontes al otro lado de las columnas de Hércules, al Magreb.
Nos está esperando Tánger. Tánger del Mar.
Nos está esperando Tánger. Tánger del Mar.
Volveré por mayo y traeré flores.
Robaré a la noche el viento y un barco.
Y Tánger que amaron sus ojos
que tanto dolían al verse
alejados de buena querencia,
le muda la risa por desconfianza, por la soledad,
secreto dormido y preso de cárcel
de amores guardados bajo siete mares.
Y Tánger que a Tánger vigila,
en África duerme gacelas de Oriente,
y despierta la brisa y tiemblan las olas
por desconfianza del agua del mar,
confiesa el deseo que lleven las naves
amores guardados bajo siete mares.
[Montenegro / Tánger del Mar]